The New York Times pone en duda la seguridad del nuevo canal de Panamá
EconomíaHoy.mx - 6:22 - 23/06/2016
Arroja sombras sobre la calidad dehormigón utilizado en las obras
Afirma que los remolcadores pueden ser aplastados por los barcos
Una de las primeras pruebas de paso de los barcos por las nuevas esclusas.Foto: Reuters
El diario estadounidense The New York Times
publica esta semana un durísimo reportaje acerca del Canal de Panamá,
cuya apertura está prevista para el próximo domingo, y pone en duda
aspectos cruciales acerca de la seguridad de sus operaciones, como la
resistencia del hormigón utilizado en las esclusas o el peligro de que
los remolcadores terminen siendo aplastados.
En
una extensa información, el diario cita a la competidora Bechtel (y
perdedora a la sazón del contrato adjudicado en 2009 al consorcio Unidos
por el Canal, en el que participa Sacyr, por 3.100 millones de dólares)
para justificar sus dudas sobre la calidad del cemento utilizado.
Según declaraciones de Paul Gibbs, de
Bechtel, "Había un enorme problema con el hormigón", y es que la
composición del terreno existente en la zona del Canal no permitía hacer
una mezcla que cumpliese las especificaciones de resistencia y
durabilidad necesarias para soportar la presión del agua. Según Gibbs,
hubiera sido imprescindible -aunque caro- importar esos materiales en
lugar de excacavarlos in situ.
Hormigón poco adecuado
Siempre
según el diario, el consorcio "con su reducido presupuesto para
hormigón" se encontró pronto con ese problema, y trató sin éxito de
dejar en manos de la autoridad del Canal la decisión de usar una mezcla
que no es la más adecuada.
Citando un análisis de la consultora Hill
International de 2010 que examinaba cuestiones como el bajo presupuesto
de adjudicación, el diario recoge que, entre los mayores riesgos
derivados de esa baja presupuestaria está de hecho el hormigón.
Además de reseñar que el importe por el
que se le había asignado a Unidos por el Canal el contrato era 1.000
millones de dólares inferior al del siguiuente competidor, los analistas
señalaban que el presupuesto para hormigón era un 71% inferior, y que
el los forjados para reforzarlo preveía utilizar un 25% menos de acero.
El diario recuerda además que en agosto
del pasado año aparecieron varias grietas en los muros de hormigón de
las esclusas (los dispositivos que suben y bajan a los barcos), y
asegura que pese a que algunos defendieron entonces derribar lo
construido y volverlo a edificar, simplemente se ha procedido a parchear
las fugas.
Remolcadores en peligro
Como
parte del extenso reportaje, el diario neoyorquino cita además las
preocupaciones por la seguridad operativa de los remolcadores. No sólo
pone en duda la estabilidad de la flotilla fabricada en un astillero de
Vigo, sino que además asegura que la decisión de usar barcos en lugar de
locomotoras para mover los barcos dentro de las esclusas es un gran
error.
En las esclusas antiguas, cuando un barco
penetra en la esclusa, una o dos locomotoras -apodadas mulas- se
encargan de remolcarlo por cada borda y desde tierra. En las nuevas,
mucho más anchas, se usará un remolcador en proa y otro en popa.
Según algunas fuentes citadas por el medio
estadounidense, la longitud de los remolcadores, sumada a la de los
nuevos barcos, apenas deja margen por delante y por detrás para que los
primeros escapen a un aplastamiento si algo marcha mal.
Siempre según el diario, la mezcla de agua
salada del mar y dulce del sistema fluvial provoca corrientes
verticales repentinas que, sumadas a un pequeño error de cálculo por
parte del piloto de uno de los dos remolcadores, pueden terminar en un
accidente fatal y con consecuencias potencialmente destructivas para
ellos, para las propias esclusas o para los barcos que usarán las nuevas
esclusas.
Tras poner en duda también la fiabilidad
del suministro de agua dulce (en épocas de sequía puede limitar el
calado de los barcos) e incluso que la demanda de las navieras
justifique el dinero pagado en la expansión, el diario concluye
afirmando que "es enteramente posible que el Canal funcione como se
pretende: que haya agua, que el hormigón dure, que los grandes barcos lo
usen y que el pueblo de Panamá celebre este hito histórico. Esa es
ciertamente la esperanza", remacha, "incluso entre aquellos que, de
forma pública o privada han expresado sus preocupaciones acerca del
futuro del Canal".
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