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Trabajadores petróleros se unen a comunidades para pedir desbloqueo de proyectos
Panorámica del campo Quifa, que opera Pacific Rubiales
POR:
Portafolio
Cada
vez son más los llamados para que la Corte Constitucional tenga en
cuenta los aspectos socioeconómicos cuando de proferir sentencias sobre
suspensión de explotaciones de petróleo se trata.A la petición
sobre el campo Ocelote, la cual fue otorgada de cierta parte de la
comunidad de Puerto Gaitán y de entidades como la Procuraduría,
Defensoría del Pueblo y la Agencia Nacional de Hidrocarburos para
permitir a la empresa Hocol operar el área nuevamente, ahora el
Sindicato de Trabajadores de la Industria de la Energía (Uten) solicitó
ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos decretar medida
cautelar al Estado colombiano sobre la revocación de la decisión de la
Corte Constitucional de suspender provisionalmente el proyecto ‘Área de
explotación de Hidrocarburos Quifa’.El 23 de febrero pasado, la
Corte Constitucional ordenó la suspensión provisional de la explotación
en un área de este campo, con una producción de 13.000 barriles diarios,
ubicado en el municipio de Puerto Gaitán (Meta), por estar demasiado
cerca al Resguardo Indígena Vencedor Pirirí.Uten alega que para
el caso de Quifa en ningún momento el alto tribunal tuvo en cuenta a los
empleados, lo que consuma una violación del derecho al trabajo.El
sindicato afirma que con la decisión de la Corte se han visto afectados
227 trabajadores directos del campo, y unos 1.000 indirectos, 92 por
ciento personas de la región, a quienes potencialmente se les estaría
privando de sus bienes (salarios y prestaciones laborales), del área
explotada por la compañía Pacific Exploration and Production.A
comienzos de esta semana, el mismo alto tribunal decidió levantar la
medida provisional de suspensión de las actividades de explotación en el
campo Ocelote-Guarrojo, municipio de Puerto Gaitán (Meta), operado por
la compañía Hocol, después de que la misma comunidad y las autoridades
pidieran su revisión.La diferencia entre Quifa y Ocelote radica
en que las quejas provienen, en el primer caso de un sindicato, y en el
segundo de la propia comunidad. Un desempleo del 70%El municipio de Orito (Putumayo) representa lo que significan las bonanzas y las crisis del petróleo en el país.Siempre ha sido un pueblo petrolero, dice el alcalde del municipio, Manuel Eduardo Ocoro Carabalí.Por
la decisión de la Corte Constitucional de suspender provisionalmente la
explotación de los pozos O-196 y O-197, en Orito, Putumayo, con una
producción de 250 barriles de crudo diarios, y el cierre de otros por
motivos económicos, se desató una crisis social por cuenta del
desempleo, que ya llega al 70 por ciento, asegura el mandatario local.La
industria petrolera movía negocios como hoteles, restaurantes,
residencias, transportadores y el comercio local, pero con la crisis ya
todo está semiparalizado. Esto ha llevado a la consecuencia
lógica en el país: la aparición del vandalismo, atracos y robos en los
últimos meses en este municipio de 52.000 habitantes. Ocoro
afirma que la población quiere que vuelvan las petroleras, que se active
el tema del crudo en el municipio, pero con responsabilidad, respetando
al medioambiente y a las comunidades indígenas.El mandatario
local asevera que, a pesar de la crisis que se vive, los pobladores del
municipio no culpan a las comunidades indígenas por interponer tutelas y
suspender explotaciones de algunos pozos.“Unos están satisfechos con la situación, otros no, pero la gente respeta esa situación”, aclara. Ocoro
agrega que todo tiene sus pros y sus contras y que como administración
tiene la política del petróleo, sí, pero con una responsabilidad social
integral para no afectar el medio ambiente.En la actualidad se
encuentra en estudio en la Corte Constitucional una tutela interpuesta
por las comunidades aledañas, también en ese mismo municipio, para la
suspensión de actividades en 20 pozos de Quinde, Cohembí y Quillasinga,
con una producción de 8.000 barriles diarios.Consultas sin reglas fijasUn experto consultado por Portafolio afirma que en el proceso de consulta a las comu-nidades no hay normas al respecto. Asegura que en la actualidad no hay un precedente constitucional en la materia.No
se sabe si las reglas son obligatorias porque la Corte siempre deja la
puerta abierta para determinar el tamaño de la afectación y no se sabe
si los resultados a las consultas de las comunidades son mandatorios.
“Es por todo esto que hay una inseguridad jurídica que no es buena para
el sector”, explicó.Pedro Vargas NúñezSubeditor Portafolio
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