A más de un kilómetro de profundidad y a casi 7 kilómetros desde la entrada al interior del yacimiento de Chuquicamata, las rocas se estremecieron el lunes 11 de abril con la fuerza de 400 kilos de explosivos. En ese momento dos túneles enfrentados, pero separados por miles de toneladas de tierra y piedra se encontraron después de casi cuatro años de trabajos. Tras concretarse el enlace entre la superficie y el interior del yacimiento, los mineros miraron con orgullo la obra a la que han entregado parte de su vida.
“En los plazos esperados, 600 personas a lo largo de 50 meses hemos desarrollado un trabajo impecable, permitiendo cumplir con esta etapa significativa para el proyecto”, destacó el Presidente Ejecutivo de Codelco, Nelson Pizarro.
El túnel es uno de los grandes hitos del proyecto estructural y estratégico Mina Chuquicamata Subterránea, que transformará el rajo abierto más grande del mundo en una operación bajo suelo. Las obras permitirán explotar los recursos bajo el rajo, que se han cuantificado en cerca de 1.700 millones de toneladas en reservas de mineral de cobre (ley 0,7%) y molibdeno, que representan más de 60% de lo explotado en los últimos 90 años.
Pizarro manifestó su satisfacción por las medidas de seguridad implementadas, pues durante estos 50 meses de trabajo no se registraron accidentes fatales o invalidantes.
La construcción del túnel fue abordada por dos equipos de la empresa italiana Astaldi. Uno excavó desde la superficie un tramo de 6,8 kilómetros, tarea que comenzó en junio de 2012, mientras que el otro equipo inició la excavación desde la Rampa 1, al interior de la mina, durante el segundo semestre de 2013, construyendo 700 metros del túnel. Una vez que ambos equipos estuvieron separados por un pilar de seis metros, el lunes pasado se atravesó la roca con un “tiro piloto” (perforación de prueba) y luego se procedió a la última tronadura.
El túnel permitirá tener una vía de circulación independiente y expedita hacia el interior de la mina, lo que evitará interferir con las actuales operaciones en la superficie de la división y, en consecuencia, mejorará la condición logística del proyecto en aspectos como el transporte de personal y materiales hacia las obras de construcción en el subsuelo. Hasta ahora el acceso a las obras se realizaba a través del rajo, en donde la División Chuquicamata realiza sus operaciones.
La etapa siguiente consiste en instalar infraestructura dentro del túnel, lo que incluye su pavimentación y el emplazamiento de las redes definitivas de electricidad, agua, ventilación, señalética, emergencias y comunicaciones.
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