En ocasiones, los mercados tardan unos pocos segundos en cambiar de
dirección, influidos por acontecimientos como la esperada reunión del
Banco Central Europeo de esta semana.
Pero las fuerzas más poderosas de los mercados de capitales
pueden tardar mucho más tiempo en surtir efecto -y tener unas
consecuencias mucho mayores.Las fuerzas tectónicas de la demografía, la regulación y las conexiones de los mercados financieros no son tan variables como la política monetaria -y por lo tanto suelen tener efectos más profundos y persistentes. La legislación estadounidense ayudó a crear el mercado de eurobonos. Las titulizaciones de hipotecas de alto riesgo se expandieron por todo el mundo debido en parte a los fallos en la ordenación del capital bancario. Las nuevas regulaciones diseñadas para hacer más seguros a los bancos pueden estar aumentando la volatilidad de los mercados.
El último ejemplo de este tipo de cambio pueden ser China y sus esfuerzos para abrir sus mercados financieros. A finales de febrero, el Banco Central de China anunció que facilitaría a los inversores institucionales extranjeros la compra de bonos emitidos en el país. Las consecuencias inmediatas de este anuncio han pasado desapercibidas. Los inversores globales probablemente prestasen más atención cuando la semana pasada Moody's puso en perspectiva negativa el rating Aa3 del país, preocupado por la creciente deuda y la magnitud del reto reformista de Pekín.
Pero si China tiene éxito -una gran incógnita, si se tiene en cuenta la mala gestión que ha hecho recientemente de políticas como la comunicación sobre el tipo de cambio- las consecuencias podrían ser graves. China aún juega un papel pequeño en los mercados financieros globales, a pesar de su importancia en la economía mundial.
Es cierto que los efectos secundarios provocados a los mercados globales no han dejado de crecer en amplitud. El año pasado, la Reserva Federal de EEUU se vio obligada a reconocer las turbulencias que emanaban de China como uno de los factores que influía en sus decisiones sobre los tipos de interés; este año comenzó con las acciones chinas en caída libre, lo que puso nerviosos a los inversores. Pero muchos inversores no tienen aún una exposición directa a China.
Un canal importante que cambiaría esto serían las conexiones del mercado a través de los índices de bonos. La inclusión en estos índices puede proporcionar una fuente estable de compradores. China ha quedado excluida de índices clave debido a los obstáculos que han tenido que afrontar los inversores en el pasado. La decisión de febrero supone un paso hacia la inclusión, lo que sería un asunto a tener en cuenta por los inversores. Por ejemplo, Ashmore, un gestor de inversiones en mercados emergentes, piensa que los bonos públicos chinos podrían representar en última instancia el 10% del índice de referencia de JPMorgan GBI-EM Global Diversified.
No obstante, los inversores en mercados emergentes podrían no ser los únicos que tengan que meditar sobre esto. Citigroup cree que si China entrase en su World Government Bond Index, dominado por bonos del Tesoro estadounidense y de gobiernos de la eurozona, tendría un peso del 4,6%, lo que se traduciría en flujos considerables a los mercados chinos.
Los índices de bonos pueden no parecer la mejor forma de abordar esta cuestión. Pero son importantes. Durante la crisis de la eurozona, el miedo a que algunos países quedasen excluidos de los índices amplió la brecha entre el Sur y el Norte de Europa. Incluso los inversores que no siguen los índices tienen que tener en cuenta el comportamiento de aquellos que sí lo hacen.
La inclusión en un índice es un proceso interminable y no está ni mucho menos garantizado. Los mercados chinos seguirán siendo algo que la mayoría de los inversores globales continuará observando desde lejos durante algún tiempo. Pero parece que se está iniciando un importante cambio en el mapa financiero mundial.
Lea el artículo original publicado en The Wall Street Journal How China's Emergence Could Redraw The Markets Map
Más información en www.europe.wsj.com
http://www.expansion.com/opinion/2016/03/09/56e07c9e22601d097e8b464d.html
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