La crisis económica y laboral en la comarca de la montaña central leonesa ha recibido el pasado jueves 11 de febrero su última estocada con la liquidación voluntaria de la Hullera Vasco Leonesa. Pero este ha sido el último capítulo, y también el más dañino, de una pesadilla para la zona y para la minería que se prolonga desde 2011.
En aquel año, se produjo el primero de los ERE que ha encadenado la empresa minera hasta su liquidación el pasado jueves. En dicho momento, la Hullera Vasco Leonesa contaba con 471 empleados de forma directa y 747 a través de sus subcontratas. Peal era la más importante de ellas, con hasta 153 trabajadores en su paraguas, pero había hasta diez con más de un docena de trabajadores como 2M, UTE, Peña el Castro, CIDSA, Segur Ibérica, Eulen, Fenar o Rus.
Cinco años después, la situación es muy distinta. Los 339 empleados de la empresa minera ven un futuro bastante complicado tras la liquidación de la empresa minera. La solución ideal sería encontrar un comprador para la compañía que mantuviese los puestos de trabajo, pero solo parece viable la adquisición del cielo abierto, donde Peal se postula como principal candidato.
De no ser así, 334 trabajadores serían despedidos, que se unirían a los más de 600 que ya han perdido su empleo a través de las subcontratas en estos últimos cinco años. En total, sumarían casi un millar de empleos perdidos en una comarca eminente minera y que ha recibido golpe tras golpe a su economía en este lustro.
Si los peores presagios se confirman, la montaña central pasaría de tener 1.218 personas trabajando directa o indirectamente en las explotaciones de la Hullera Vasco Leonesa a tener menos de cien. El incremento del paro en este sector de la comarca sería superior al 82 por ciento.
Esta es una situación que se ha venido prolongando desde hace tiempo, pero cuyos resultados más graves han emergido en los últimos años. En 1998, Hullera Vasco Leonesa tenía en nómina a más de 1.200 empleados, mientras que en los últimos meses contaba con solo 334. Su producción también se ha visto afectada notablemente, en especial en 2015. En el último curso, solo se han producido 180.000 toneladas por las 845.000 de 2014, lo que evidencia el profundo declive de la compañía.
Medio millar de gordoneses abandonan su tierra
Este desempleo y esta falta de oportunidades tiene como consecuencia más directa la despoblación de la comarca. El Ayuntamiento de Pola de Gordón es el fiel reflejo de la complicada situación del sector minero. En cinco años, más de 400 personas han decidido marcharse de estos pueblos en busca de futuro.
En 2011, este municipio contaba con casi 4.000 habitantes en sus 17 pedanías. Entre ellas, Santa Lucía de Gordón, Ciñera, Llombera y La Vid son las que más han sentido el golpe de la minería y la mayor parte de las personas que han abandonado este Ayuntamiento proceden de estas localidades.
La despoblación en el municipio gordonés va a un ritmo de cien personas por año, algo que puede incrementarse con la liquidación de la Hullera Vasco Leonesa. En 2012 hubo un descenso ligero de la población, ya que el ayuntamiento perdió unos 50 habitantes, pero en 2013 el ritmo aceleró considerablemente. De los 3.935 gordoneses de 2012, se pasaron a 3.822 en 2013, 3.748 en 2014 y el descenso más pronunciado tuvo lugar en 2015, con la pérdida 122 habitantes. Ahora mismo, el censo gordonés registra 3.540 personas, casi medio millar menos que hace un lustro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario