Cuando tratamos de identificar y delimitar los conceptos que hoy ocupan nuestra atención, al tratar de desarrollar unas ideas sobre la propiedad superficial, la propiedad minera y las consecuencias que de ello se deriva; partiendo del hecho cierto que nos indica, la constante disputa desde tiempos remotos, entre quien ocupa la superficie y el que hurga en sus entrañas, para obtener los minerales que allí se encuentran y aprovecharse de sus potenciales económicos o industriales.
En un mundo que utiliza a la actividad económica como motor principal, y en esa línea, la extracción y explotación de las riquezas naturales como pilar del equilibrio económico, ha sido necesaria la regulación de tales actividades y la extensión de una nueva rama en el Ordenamiento Jurídico: el Derecho Minero.
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