Nadie puede negar la influencia que tuvo el discurso xenófobo del magnate estadounidense Donald Trump en el reciente referéndum donde el Reino Unido decidió romper con la Unión Europea. 
Está claro que las ideas de Trump y el Brexit parecen fusionarse. Para colmo, el ex alcalde de Londres, Boris Johnson, uno de los líderes de la salida de Gran Bretaña de la UE, se parece físicamente a este empresario neoyorquino que avergüenza a muchos republicanos.
Pero, más allá de las diferencias que existen entre británicos y norteamericanos, la figura de Trump se ha convertido en una síntesis de lo que esta ocurriendo en la Vieja Europa con la llegada de miles de inmigrantes que huyen de la guerra en Siria y otras regiones del planeta.
Con su lenguaje racista, el pensamiento de Trump se asemeja al de la francesa Marine Le Pen, al Partido de la Libertad (FPÖ) de Norbert Hofer en Austria (que ahora tiene de nuevo en octubre la posibilidad de ganar la presidencia, tras un fallo de la justicia que anuló por irregularidades el triunfo en la segunda vuelta del ecologista Alexander van der Bellen), y al holandés Geert Wilders, entre otros personajes de la ultraderecha global.
Por supuesto, hay otros grupos que pueden ser identificados con Trump como "Los soldados de Odín", en Finlandia, o Alternativa para Alemania (AfD) que ha pedido a la policía germana que dispare contra los inmigrantes.
Los que siguen a Trump representan a la clase trabajadora blanca estadounidense que ha visto en los últimos años perder su fuentes de trabajo, ya que muchas empresas norteamericanas fueron instaladas en México como es el caso de los electrodomésticos Carrier.
Pero Trump es, sin dudas, la máscara anti inmigrante de esta época. No hay otro político que englobe más el miedo a los
inmigrantes que el republicano estadounidense.

En México un artista (que se identificó como "sin sentido" durante una entrevista con la agencia alemana de noticias Dpa) pintó un mural que ridiculiza a Trump en el canal del Río Bravo, en el límite con Estados Unidos, donde cada día ingresan ilegalmente decenas de mexicanos a California.
Esa figura fea y exagerada de Trump, con la lengua afuera y el cabello amarillo peinado sobre la frente, representa el rechazo hacia un político norteamericano que prometió construir un muro en la frontera sur para frenar la inmigración a su país.
El artista que lo dibujó con una cuchara de albañil en una mano, y un ladrillo que dice "México" en la otra, afirmó: "Quisimos pintar a ese señor como lo vemos, como un niño caprichoso y berrinchudo".
Está claro que los temores de los inmigrantes se han incrementado luego del triunfo del Brexit en el Reino Unido, aunque los escoceses y los irlandeses del norte respaldaron la continuidad del país en Bruselas.
Trump se manifestó satisfecho por dicho resultado, dijo que quería un referendo para que Estados Unidos "se independice" en materia económica y pidió que Washington abandone el Tratado de Libre comercio de América del Norte (TLC) que la Casa Blanca comparte junto a México y a Canadá desde 1994.
Hay quienes toman en serio algunas frases del magnate, entre ellos el presidente estadounidense, Barack Obama, quien vive los últimos meses de su segundo mandato que finalizará en enero de 2017.
Si algo quedó claro es que Obama respalda al TLC, luego de participaren la ciudad mexicana de Toluca en la VII Cumbre de los líderes de América del Norte, también llamada "Cumbre de los tres amigos", junto al primer ministro de Canadá, Justin Trudeau y su colega mexicano, Enrique Peña Nieto.
Sin embargo, el ex postulante a la nominación presidencial demócrata, Bernie Sanders, advirtió que en el Reino Unido muchos que "han dado la espalda a la Unión Europea y la economía globalizada que está fallando a ellos y a sus hijos".
En un artículo en The New York Times, Sanders (que visitó 46 estados durante las recientes primarias) dijo que "en los últimos 15 años, cerca de 60.000 fábricas en este país han cerrado, y más que 4,8 millones de trabajadores bien pagados han desaparecido".
"Los muy, muy ricos gozan de inimaginables lujos mientras millones de personas soportan la pobreza, el desempleo y un inadecuado cuidado de la salud, educación, vivienda y agua potable", afirmó.
Los que siguen a Trump representan a la clase trabajadora blanca estadounidense que ha visto en los últimos años perder su fuentes de trabajo, ya que muchas empresas norteamericanas fueron instaladas en México como es el caso de los electrodomésticos Carrier.
Trump ha usado este ejemplo durante su campaña para convertirse en el virtual candidato presidencial republicano.
Una encuesta de la consultora Real Clear Politics, realizada entre el 6 y el 29 de junio, ubica primera a la virtual candidata presidencial demócrata, Hillary Clinton, con el 44% sobre el 39,8% de Trump.

Los seguidores del magnate neoyorquino suelen atacar a Hillary con un discurso misógino. Incluso usan remeras despectivas hacia la ex secretaria de Estado y ex primera dama estadounidense.
Durante toda su campaña Trump, cuya fortuna esta estimada en 10 mil millones de dólares, sedujo a sus potenciales votantes con la posibilidad de recuperar los empleos "robados", según él, por México o China.
Su última broma macabra fue cuando sugirió esta semana que un avión que sobrevolaba un acto de campaña en Manchester, en la norteña New Hampshire, podría ser un caza mexicano "preparándose para atacar" Estados Unidos.
La aeronave, según la prensa, pasó justo cuando el magnate señalaba que los tratados comerciales han vaciado al país de empleos en el sector industrial y beneficiado a México.
http://www.americaeconomia.com/politica-sociedad/politica/trump-y-el-brexit-tienen-un-comun-denominador-el-rechazo-los-inmigrantes